La Vanguardia es un periódico catalán con tirada a ámbito nacional, con
lo cual no se centra exclusivamente en noticias de Cataluña y se puede decir
que tiene un carácter más general que otros diarios nacionalistas como Deia o
Egin. Sin embargo, también se puede afirmar que ejerce una postura más parcial
que otros medios. La noticia en la que un policía anónimo vincula a ciertos
miembros del gobierno con los GAL está marcada por la subjetividad en su
redacción, dando a entender que las sospechas provienen fundamentalmente de
Euskadi.
Otro motivo que no ayuda en la defensa de este periódico
es su tratamiento inicial al atentado contra García Goena. Al igual que muchos
otros medios, La Vanguardia
no duda en señalar a ETA como los principales culpables del asesinato del
refugiado vasco, basándose en “fuentes de la lucha antiterrorista” y asegurando
que el tipo de explosivo que ocasionó la muerte de Goena es utilizado
habitualmente por la banda terrorista. No solo eso, sino que el titular de la
noticia de ése día “La policía dice que fue ETA la que asesinó a un refugiado”
parece que pretende defender a toda costa esta postura, y quita hierro a un
hecho tan dramático.
Al día siguiente, el periódico catalán rectifica y asegura
que fueron los GAL quienes asesinaron a García Goena. Cabe añadir que, a pesar
de emplear un tono favorable hacia la víctima en las informaciones posteriores,
la rectificación en sí aparece como una mera mención dentro de una noticia más
amplia, algo reprochable cuando se trata de un asunto con una magnitud tan
enorme.
El seguimiento posterior al caso Goena es muy escaso
(breves reseñas sobre el día de su funeral) hasta 1988, cuando aparece una
amante del policía corrupto Amedo y le acusa de estar implicando en el fatídico
atentado. Estas informaciones vienen más marcadas por la imparcialidad, quizás
porque no había otra salida lógica más que reconocer las acusaciones hasta que
se demostrase lo contrario. Sin embargo, poco después aparecerían más testigos
que exculparían a los ex policías. Estas dos caras de la moneda ayudan a La Vanguardia a poder
mostrar dos versiones distintas de la historia sin perder credibilidad alguna y
pudiendo ser capaces de mantener una postura neutral.
El caso Amedo cobra especial relevancia cuando el tribunal
emite la condena de más de 100 años a cada uno. Aquí sorprende que La Vanguardia apenas haga
referencia alguna a la absolución de los dos policías por el asesinato de
Goena, mencionándolo por encima y dando el asunto por finalizado. El año
previo, el periódico ya había cometido una errata muy grave, nombrando a Goena
como etarra cuando ya era sabido que no existía relación alguna entre la
víctima y la banda terrorista. Este tipo de sucesos resta credibilidad al
periódico, que venía de pasar por un periodo más objetivo respecto a sus
informaciones del caso.
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